Marcel Proust fue uno
de los grandes escritores franceses y universales, como seguramente sabe. Dio
su nombre al “Cuestionario Proust” pese a que no es su autor como podría
pensarse, sino tan solo su más célebre “respondedor” que el cuestionario ha
tenido a lo largo del tiempo, que no ha sido poco pues Proust lo completó a
mediados del XIX; cuando al no haber Play Station ni Internet, el completar el
formulario obraba como divertimento de las personas cultas en los salones
parisinos de esos tiempos.
Nunca dejó de ser usado, aunque tuvo épocas de mayor
vigencia que otras. Bernard Pivot, el conductor de “Apostrophes” un famoso
programa de libros que duró décadas en la televisión francesa y que sentó el
formato para todos los programas literarios que desde entonces ha habido en el
mundo entero, hacía completar el Cuestionario Proust a los escritores invitados
a su programa.
Más recientemente, la
revista norteamericana “Vanity Fair” publicó cada semana las respuestas al
mismo de una persona relevante de la cultura o el espectáculo. Este proceso
duró 16 años por lo que se imagina que fue respondido por todo aquél o aquella
que tuvo o tiene alguna relevancia en esos rubros casi en el mundo entero. Esa
enorme cantidad de respuestas fue recientemente editada en libro por Vanity
Fair y fue la reseña de ese libro la que me motivó a responder yo mismo el
cuestionario.
Hasta aquí muy
resumidamente la historia del mismo. ¿Es de alguna utilidad para Ud. leer mis
respuestas al cuestionario Proust? Sí,
si desea conocerme un poco más en profundidad. Y sí también si quiere tomarlo
para contestarlo Ud. mismo y hacerlo completar por sus amigos y divagar un rato
con las respuestas de unos y otros.
Mayo de 2014
Cuando además de yo sentirme feliz,
todos se sienten igual. No creo posible ser feliz si tanta gente vive tan lejos
de esa idea. Un verso de Silvio Rodriguez pinta esto que quiero decir. Dice así
“Soy feliz, soy un hombre feliz. Y pido
que me perdonen por este día, los muertos de mi felicidad”. Silvio siente
culpa de que su felicidad no sea de todos. Y como consecuencia no es plenamente
feliz.
La vejez invalidante mental o
físicamente. No es morirme lo que me da miedo sino ser viejo e incapaz total o
parcialmente. Antes muerto, así que espero que si me sucede, alguien recuerde
esto que está leyendo y se haga cargo.
-¿Con qué personaje histórico se siente
más identificado?
Francois Mitterrand. Megalómano, resistente
antinazi, exmarista, agnóstico, amante de las mujeres, la política, la
literatura y Venecia, solo le faltaba ser corredor para ser perfecto.
-¿Quién es la persona viva a la que más
admira?
Barack Obama. Aunque no se merece el
Nobel que le dieron y menos en el momento en que se lo dieron, aunque haya
incumplido su promesa sobre Guantánamo, ha desbrozado uno de los más arduos
caminos de este tiempo: abrirle la cabeza al mundo a uno de los pueblos que la
tiene más cerrada. El tiempo hará justicia a su legado.
-¿Cuál es el rasgo que más le desagrada
de sí mismo?
Sé que va a caer mal pero ninguno. Me
encanto como soy. Ahora, si debo responder en base a lo que más desagrada a los
demás de mí, diría que mi soberbia, altanería, megalomanía, excesiva valoración
de mí mismo y ningún interés en cambiar las cuatro cosas anteriores.
-¿Cuál es el rasgo que más le desagrada
de los demás?
El fanatismo. La incapacidad de los
fanáticos de sostener una discusión inteligente.
-¿Cuál es su mayor extravagancia?
Pagar no poco dinero por sufrir y pasar
frío, hambre y cansancio extremo por correr en las noches en las montañas
pudiendo disfrutar las vacaciones en un “all inclusive” del Caribe.
-¿Cuál es su viaje favorito?
Todos los que me llevan a un lugar
natural bonito, no echado a perder por obra del hombre, en compañía de afectos
y de mate. Idealmente, que cueste esfuerzo físico llegar. No vale ir en auto,
avión o similar al lugar perfecto.
-¿Cuál considera que es la virtud más
sobrevalorada?
La libido. La gente vive creyendo que
debe poseerla en altos grados y ello los lleva a toda clase de disfunciones. Si
se relajaran y gozaran de la que tienen y Dios les dio, andarían de diez en el
lecho.
-¿En qué ocasiones recurre a la mentira?
Nunca en el trabajo. No creo haberle
mentido jamás a un empleado o a un empleador. Pero como contrapartida, he
mentido en casi todos los textos que he escrito aun los que pasan por
narraciones fidedignas de eventos que ocurrieron. Claro que los escritores no
llamamos a eso mentira, sino “licencia literaria” cuando son mentiritas y
“ficción” cuando son “grossas”. El porcentaje de mentira en mis textos va de 1
a 100 %. Pero nunca es cero.
Las curvas “perrunas” que enmarcan la
comisura de mis labios. Me hacen parecer viejo. Consideré botox, pero cuando vi
lo desfigurados que terminan los que se inyectan eso, abandoné rápidamente la
idea
-¿Qué persona viva le inspira más desprecio?
Son dos. George Bush, con W porque el
padre no era un genio pero tampoco tonto. Su ineficacia costó la vida de
tantísima gente en varios países en los que no resolvió nada, al contrario. Y
Silvio Berlusconi, que ha hecho un daño enorme a la política, a Italia y a la
imagen de la mujer en la mente de los jóvenes.
-¿De qué palabras o frases abusa?
De ninguna. Una característica esencial
de un hablante culto es carecer de muletillas. Y yo soy el arquetipo del
hablante culto.
-¿Cuál es su gran pesar?
No haber estado cerca cuando murió mi
madre.
-¿Qué o quién es el gran amor de su
vida?
Carina Ottaviano. De hecho, yo le he
dicho y es la pura verdad, que hasta que la conocí pensaba que el amor
romántico era un invento de nosotros los escritores para tener tema para
escribir libros.
-¿Qué talento le gustaría tener?
Saber cantar o tocar un instrumento.
Admiro a los que lo tienen y muchas veces siento la falta que a mi alma le ocasiona el no
tenerlo. Uno de los temas que más me
gusta de Caetano Veloso, un músico, poeta y filósofo que admiro mucho
(“Tigresa”) termina diciendo: “E eu corri pra o violão num lamento, e a
manhã nasceu azul. Como é bom poder tocar um
instrumento.” Yo siento enorme angustia por no poder decir
eso nunca.
-¿Cuál es su estado de ánimo actual?
Paz interior. Una de las ventajas de
tener vivido más de medio siglo y haberlo hecho sin joder a nadie.
-¿Cuál considera que es su gran logro?
No creo haberlo alcanzado aún. Es que
para mí “the best is yet to come”. Siempre.
-Si muriese y se reencarnase en una
persona o cosa, ¿qué cree que sería?
No creo en sonseras. Soy ultraracional.
-Si pudiera elegir en qué reencarnarse,
¿qué sería?
Joder tío ¿Qué parte de “no creo en
sonseras” no entendió?
-¿Cuál es su bien más preciado?
La salud sin duda. Yo rezo diariamente
al Dios en cuya existencia no creo, para agradecerle la salud de “fierro” de la
que gozo. Sin ella ningún bien material hace sentido. Además, creo a pie
juntillas en el dicho popular: “la mortaja no tiene bolsillos” Así que ¿Qué
valor puede tener algo material que se puede comprar?
-¿Cuál es para usted la máxima expresión
de la miseria?
De la miseria en el sentido económico
del término, no poder alimentar a los hijos de uno. De la miseria en la otra
acepción de la palabra, el no tener códigos, ser traidor, mentiroso,
filibustero.
-¿Dónde le gustaría vivir?
Sin soberbia, me considero un ciudadano
del mundo y como tal, vivo como local en Canadá o en Chile, en Francia o en
Sudáfrica. Sólo desecho los países donde perdura la Edad Media, esto es, los
muy religiosos (el estado de Utah, buena parte de los EEUU) los confesionales
(Israel, países musulmanes), aquellos donde no se respetan los derechos de la
mujer (países musulmanes) y los homofóbicos (otra vez los musulmanes, norte de
África y Rusia)
Respecto del resto del mundo, si hay un
sendero o calle donde correr – y lo hay en todos lados- e Internet para seguir
la Champions, yo estoy en casa. En palabras de Antonio Machado: “donde haya lumbre y vino, tengo mi hogar”
Tengo dos: correr y escribir. Todo el
resto de la vida, es material de relleno entre estas dos cosas.
-¿Qué hecho militar admira más?
La Batalla de Stalingrado. Fue sin duda
una de las diez o doce más importantes de la Historia toda y tal vez la más
importante. Allí terminamos con la horda nazi. Tanto me ha impresionado siempre
que le escribí un texto en homenaje. También le escribí uno a Mitterrand,
aunque olvidé comentar esto cuando hablé de él.
-¿Cuál
es su rasgo más característico?
La
ingenuidad. Siempre pienso que los políticos están haciendo lo que están
haciendo por el bien del país. Luego mi mujer me dice: “¿pero vos sos boludo o
te hacés?
-¿Cuál es su vino “perfecto” o preferido?
No
existe. Es como la búsqueda del Santo Grial.
-¿Cuál es su escritor preferido?
Alejo
Carpentier. No habrá ninguno igual, no habrá ninguno.
-¿Cuál es la cualidad que más le gusta en un
hombre?
La
inteligencia. La gente inteligente me produce una seducción casi sensual.
-¿Cuál
es la cualidad que más le gusta en una mujer?
La
belleza. ¿o tengo que ser hipócrita? Si va acompañada de inteligencia, pues
“más mejor”.
-¿Cómo
le gustaría morir?
“De
una” o sea sin sufrir, sin agonía, sin internación. Y en lo posible,
inmediatamente después de haber cruzado una línea de llegada de una maratón o
ultra maratón.
-¿Cuál es su lema?
Fortitudine Vincimus, era el de Sir Ernest Shackleton y quiere decir más o
menos: “Con coraje y con esfuerzo, venceremos”. Me lo digo a mí mismo en cada
carrera.
-¿Cuál es el personaje histórico que más desprecia?
Adolf
Hitler sin duda. Lo odié desde que de muy niño conocí su obra. Lo sigo odiando
con igual intensidad.
-¿Qué personaje de ficción encuentra más divertido?
Madhoff.
No me diga que existió.