miércoles, 7 de mayo de 2014


Marcel Proust fue uno de los grandes escritores franceses y universales, como seguramente sabe. Dio su nombre al “Cuestionario Proust” pese a que no es su autor como podría pensarse, sino tan solo su más célebre “respondedor” que el cuestionario ha tenido a lo largo del tiempo, que no ha sido poco pues Proust lo completó a mediados del XIX; cuando al no haber Play Station ni Internet, el completar el formulario obraba como divertimento de las personas cultas en los salones parisinos de esos tiempos.
Nunca dejó  de ser usado, aunque tuvo épocas de mayor vigencia que otras. Bernard Pivot, el conductor de “Apostrophes” un famoso programa de libros que duró décadas en la televisión francesa y que sentó el formato para todos los programas literarios que desde entonces ha habido en el mundo entero, hacía completar el Cuestionario Proust a los escritores invitados a su programa.

Más recientemente, la revista norteamericana “Vanity Fair” publicó cada semana las respuestas al mismo de una persona relevante de la cultura o el espectáculo. Este proceso duró 16 años por lo que se imagina que fue respondido por todo aquél o aquella que tuvo o tiene alguna relevancia en esos rubros casi en el mundo entero. Esa enorme cantidad de respuestas fue recientemente editada en libro por Vanity Fair y fue la reseña de ese libro la que me motivó a responder yo mismo el cuestionario.
Hasta aquí muy resumidamente la historia del mismo. ¿Es de alguna utilidad para Ud. leer mis respuestas al cuestionario Proust?  Sí, si desea conocerme un poco más en profundidad. Y sí también si quiere tomarlo para contestarlo Ud. mismo y hacerlo completar por sus amigos y divagar un rato con las respuestas de unos y otros.

Mayo de 2014

 -¿Cuál es su idea de la felicidad perfecta?

Cuando además de yo sentirme feliz, todos se sienten igual. No creo posible ser feliz si tanta gente vive tan lejos de esa idea. Un verso de Silvio Rodriguez pinta esto que quiero decir. Dice así “Soy feliz, soy un hombre feliz. Y pido que me perdonen por este día, los muertos de mi felicidad”. Silvio siente culpa de que su felicidad no sea de todos. Y como consecuencia no es plenamente feliz.

 -¿Cuál es su gran miedo?

La vejez invalidante mental o físicamente. No es morirme lo que me da miedo sino ser viejo e incapaz total o parcialmente. Antes muerto, así que espero que si me sucede, alguien recuerde esto que está leyendo y se haga cargo.

-¿Con qué personaje histórico se siente más identificado?

Francois Mitterrand. Megalómano, resistente antinazi, exmarista, agnóstico, amante de las mujeres, la política, la literatura y Venecia, solo le faltaba ser corredor para ser perfecto.

-¿Quién es la persona viva a la que más admira?

Barack Obama. Aunque no se merece el Nobel que le dieron y menos en el momento en que se lo dieron, aunque haya incumplido su promesa sobre Guantánamo, ha desbrozado uno de los más arduos caminos de este tiempo: abrirle la cabeza al mundo a uno de los pueblos que la tiene más cerrada. El tiempo hará justicia a su legado.

-¿Cuál es el rasgo que más le desagrada de sí mismo?

Sé que va a caer mal pero ninguno. Me encanto como soy. Ahora, si debo responder en base a lo que más desagrada a los demás de mí, diría que mi soberbia, altanería, megalomanía, excesiva valoración de mí mismo y ningún interés en cambiar las cuatro cosas anteriores.

-¿Cuál es el rasgo que más le desagrada de los demás?

El fanatismo. La incapacidad de los fanáticos de sostener una discusión inteligente.

-¿Cuál es su mayor extravagancia?

Pagar no poco dinero por sufrir y pasar frío, hambre y cansancio extremo por correr en las noches en las montañas pudiendo disfrutar las vacaciones en un “all inclusive” del Caribe.

-¿Cuál es su viaje favorito?

Todos los que me llevan a un lugar natural bonito, no echado a perder por obra del hombre, en compañía de afectos y de mate. Idealmente, que cueste esfuerzo físico llegar. No vale ir en auto, avión o similar al lugar perfecto.

-¿Cuál considera que es la virtud más sobrevalorada?

La libido. La gente vive creyendo que debe poseerla en altos grados y ello los lleva a toda clase de disfunciones. Si se relajaran y gozaran de la que tienen y Dios les dio, andarían de diez en el lecho.

-¿En qué ocasiones recurre a la mentira?

Nunca en el trabajo. No creo haberle mentido jamás a un empleado o a un empleador. Pero como contrapartida, he mentido en casi todos los textos que he escrito aun los que pasan por narraciones fidedignas de eventos que ocurrieron. Claro que los escritores no llamamos a eso mentira, sino “licencia literaria” cuando son mentiritas y “ficción” cuando son “grossas”. El porcentaje de mentira en mis textos va de 1 a 100 %. Pero nunca es cero.

 -¿Qué es lo que menos le gusta de su aspecto?

Las curvas “perrunas” que enmarcan la comisura de mis labios. Me hacen parecer viejo. Consideré botox, pero cuando vi lo desfigurados que terminan los que se inyectan eso, abandoné rápidamente la idea

-¿Qué persona viva le inspira más desprecio?

Son dos. George Bush, con W porque el padre no era un genio pero tampoco tonto. Su ineficacia costó la vida de tantísima gente en varios países en los que no resolvió nada, al contrario. Y Silvio Berlusconi, que ha hecho un daño enorme a la política, a Italia y a la imagen de la mujer en la mente de los jóvenes.

-¿De qué palabras o frases abusa?

De ninguna. Una característica esencial de un hablante culto es carecer de muletillas. Y yo soy el arquetipo del hablante culto.

-¿Cuál es su gran pesar?

No haber estado cerca cuando murió mi madre.

-¿Qué o quién es el gran amor de su vida?

Carina Ottaviano. De hecho, yo le he dicho y es la pura verdad, que hasta que la conocí pensaba que el amor romántico era un invento de nosotros los escritores para tener tema para escribir libros.

-¿Qué talento le gustaría tener?

Saber cantar o tocar un instrumento. Admiro a los que lo tienen y muchas veces siento la falta que a mi alma le ocasiona el no tenerlo.  Uno de los temas que más me gusta de Caetano Veloso, un músico, poeta y filósofo que admiro mucho (“Tigresa”) termina diciendo: E eu corri pra o violão num lamento, e a manhã nasceu azul. Como é bom poder tocar um instrumento.”  Yo siento enorme angustia por no poder decir eso nunca.

-¿Cuál es su estado de ánimo actual?

Paz interior. Una de las ventajas de tener vivido más de medio siglo y haberlo hecho sin joder a nadie.

-¿Cuál considera que es su gran logro?

No creo haberlo alcanzado aún. Es que para mí “the best is yet to come”. Siempre.

-Si muriese y se reencarnase en una persona o cosa, ¿qué cree que sería?

No creo en sonseras. Soy ultraracional.

-Si pudiera elegir en qué reencarnarse, ¿qué sería?

Joder tío ¿Qué parte de “no creo en sonseras” no entendió?

-¿Cuál es su bien más preciado?

La salud sin duda. Yo rezo diariamente al Dios en cuya existencia no creo, para agradecerle la salud de “fierro” de la que gozo. Sin ella ningún bien material hace sentido. Además, creo a pie juntillas en el dicho popular: “la mortaja no tiene bolsillos” Así que ¿Qué valor puede tener algo material que se puede comprar?

-¿Cuál es para usted la máxima expresión de la miseria?

De la miseria en el sentido económico del término, no poder alimentar a los hijos de uno. De la miseria en la otra acepción de la palabra, el no tener códigos, ser traidor, mentiroso, filibustero.

-¿Dónde le gustaría vivir?

Sin soberbia, me considero un ciudadano del mundo y como tal, vivo como local en Canadá o en Chile, en Francia o en Sudáfrica. Sólo desecho los países donde perdura la Edad Media, esto es, los muy religiosos (el estado de Utah, buena parte de los EEUU) los confesionales (Israel, países musulmanes), aquellos donde no se respetan los derechos de la mujer (países musulmanes) y los homofóbicos (otra vez los musulmanes, norte de África y Rusia)
Respecto del resto del mundo, si hay un sendero o calle donde correr – y lo hay en todos lados- e Internet para seguir la Champions, yo estoy en casa. En palabras de Antonio Machado: “donde haya lumbre y vino, tengo mi hogar

 -¿Cuál es su pasatiempo favorito?

Tengo dos: correr y escribir. Todo el resto de la vida, es material de relleno entre estas dos cosas.

-¿Qué hecho militar admira más?

La Batalla de Stalingrado. Fue sin duda una de las diez o doce más importantes de la Historia toda y tal vez la más importante. Allí terminamos con la horda nazi. Tanto me ha impresionado siempre que le escribí un texto en homenaje. También le escribí uno a Mitterrand, aunque olvidé comentar esto cuando hablé de él.

-¿Cuál es su rasgo más característico?

La ingenuidad. Siempre pienso que los políticos están haciendo lo que están haciendo por el bien del país. Luego mi mujer me dice: “¿pero vos sos boludo o te hacés?

-¿Cuál es su vino “perfecto” o preferido?

No existe. Es como la búsqueda del Santo Grial.

-¿Cuál es su escritor preferido?

Alejo Carpentier. No habrá ninguno igual, no habrá ninguno.

 -¿Cuál es la cualidad que más le gusta en un hombre?

La inteligencia. La gente inteligente me produce una seducción casi sensual.

-¿Cuál es la cualidad que más le gusta en una mujer?

La belleza. ¿o tengo que ser hipócrita? Si va acompañada de inteligencia, pues “más mejor”.

-¿Cómo le gustaría morir?

“De una” o sea sin sufrir, sin agonía, sin internación. Y en lo posible, inmediatamente después de haber cruzado una línea de llegada de una maratón o ultra maratón.

-¿Cuál es su lema?

Fortitudine Vincimus, era el de Sir Ernest Shackleton y quiere decir más o menos: “Con coraje y con esfuerzo, venceremos”. Me lo digo a mí mismo en cada carrera.

-¿Cuál es el personaje histórico que más desprecia?

Adolf Hitler sin duda. Lo odié desde que de muy niño conocí su obra. Lo sigo odiando con igual intensidad.
 
-¿Qué personaje de ficción encuentra más divertido?

Madhoff. No me diga que existió.